Retrasos en la logística de la vacunación contra la Covid-19

11 enero, 2021
vacuna covid19

Si algo le ha quedado claro a la ciudadanía en los últimos meses, es que la vacuna desarrollada por el laboratorio Pfizer requiere de unas condiciones ambientales exigentes y para nada convencionales, en la que los ultracongeladores suponen uno de los ejes principales de su distribución y almacenamiento. Son muchas las líneas que se han escrito al respecto y es por ello que cuesta creer que, en plena campaña de vacunación, conozcamos la noticia de que el gobierno de Cataluña no dispone de las neveras necesarias para su correcto almacenaje. Problema al que se le añade el retraso en la llegada de mercancías (en este caso, de los ultracongeladores) debido al cierre de fronteras con Gran Bretaña por la detección de la nueva cepa del virus o por las festividades de nochevieja y año nuevo.

Esta necesidad de almacenar las vacunas durante largo tiempo representa un claro indicio del retraso, más que evidente, en el proceso de vacunación. En este sentido, las vacunas de Pfizer podrían estar hasta 30 días en hielo seco (con renovación de éste cada 5 días) y cinco días más a una temperatura de entre 2 y 8 ºC en nevera convencional lo que proporciona hasta 35 días de margen para su utilización. Sin embargo, estos plazos no se están cumpliendo y vemos como surge la necesidad de almacenar las vacunas por más tiempo (a -80ºC), momento en el que se requiere de los famosos ultracongeladores. Éste no es un problema específico de una sola comunidad, tampoco lo es únicamente de España, ya que  también puede apreciarse en el resto de los países de la Unión Europea.

Figura 1. Tasa vacunación  a día 04/01/2021 de la UE sin datos de España por no existir registros oficiales (Fuente: Euronews[1]).

Si bien es cierto que las primeras entregas de la vacuna sufrieron algunos retrasos derivados de problemas logísticos menores, relacionados principalmente con la trazabilidad de la temperatura, no justifica por sí sola la lentitud con la que los diferentes países están encarando la vacunación y debemos empezar a valorar la posibilidad de que no haya suficiente personal para llevar a cabo esta tarea. Porque dentro del plan logístico de vacunación no solo debe contemplarse la distribución y llegada al punto de uso de las dosis si no, también, del personal del que se dispondrá para su inoculación. Así, es necesario que se empiecen a valorar otras alternativas que faciliten el incremento de personal como puede ser la incorporación del sector privado, del ejército o de la utilización de nuevas vacunas como la de Oxford con unas condiciones menos exigentes y que podría facilitar, por qué no, su puesta en marcha en farmacias.

¿Es efectivo el actual plan logístico de vacunación?

Si atendemos, por ejemplo, a las cifras actuales en España y no tenemos en consideración las problemáticas mencionadas de falta de personal, se dispondrán aproximadamente de unas 350.000 dosis semanales  de la vacuna de Pfizer para inocular a la población. Atendiendo a que son dos dosis por persona, en un año no habríamos sido capaces de vacunar a más de 9.000.000 de personas (18% de la población), llevándonos hasta 5 años el poder vacunar a toda la ciudadanía. Así que cuando el ministro Illa informa de que la vacuna estará disponible para el 100% de la población olvida puntualizar para cuándo. Por lo que va siendo necesario dejar a un lado la “lucha política” y  empezar a trabajar para reducir esos plazos de los que disponemos con las condiciones actuales. Un constante “cuelgue de medallas” que a la vista está es innecesario e injustificado, puesto que todavía queda mucho camino por recorrer.

Por lo tanto, a corto plazo, el principal reto logístico que atraviesa la campaña de vacunación en Europa pasa por incrementar la velocidad a la hora de hacerla llegar a la población. De nada sirve disponer de dosis si éstas se encuentran almacenadas en un ultracongelador mientras la tensión sanitaria sigue aumentado por las cifras diarias de contagios. Solo si se consigue aumentar esta velocidad seremos capaces de afrontar el reto a largo plazo, en el que se requerirá de un incremento en las dosis a suministrar semanalmente.

Por este motivo es necesario conseguir lo antes posible un aumento de la capacidad a la hora de suministrar las vacunas así como empezar a trabajar cuanto antes con el resto de alternativas existentes como las de Moderna u Oxford, que serán necesarias si tenemos como objetivo reducir el horizonte de vacunación de toda la población.

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Autor / Autora
Doctor cum laude en Administración y dirección de empresas, Máster en Ingeniería de organización industrial e ingeniero técnico en electrónica industrial por la Universidad Politécnica de Cataluña. Actualmente es profesor lector de los Estudios de Economía y Empresa por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC). Sus intereses de investigación se centran en el terreno de las operaciones logísticas y productivas de las empresas así como en el ámbito de organización de empresas, específicamente sobre el cambio organizacional.
Comentarios
Roberto12 enero, 2021 a las 2:18 pm

La gestión está siendo lamenble, cuando no es por una cosa es por la otra, que lástima.

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