Los límites del crecimiento del sistema político-económico en términos físicos

10 julio, 2017

ECONOMÍA – Artículo publicado a 10 de Julio de 2017.


Existe una serie de hechos, científicamente insoslayables, que afectan la realidad física del crecimiento de un sistema socioeconómico. A saber:

  • la base biológica del sistema productivo
  • el estado maduro que alcanzan los sistemas ecológicos
  • el carácter de sistema abierto de los sistemas vivos y su equilibrio dinámico
  • la restricción física de los materiales y del espacio en el planeta tierra
  • la existencia física insoslayable de la inevitable de entropía
  • las diferencias de calidad entre inputs ingredientes, inputs transformadores e inputs condicionantes y el carácter no intercambiable entre los mismos.

Todo ello conduce a una conclusión obvia (pero ignorada por la teoría económica) referida a las condiciones objetivas de la realidad que se estudia como teoría del crecimiento.

Cabe hacer notar que los conceptos sobre los que trabaja la teoría del crecimiento económico no tienen ninguna relación con los conceptos sobre los que trabaja la teoría del crecimiento de especies biológicas bajo la óptica de la Teoría General de Sistemas. La dinámica de crecimiento de muchos procesos sistémicos de diversa índole se representa gráficamente en función del tiempo con la llamada “curva logística” (con forma de “S” itálica); el crecimiento no es exponencial con tendencia a infinito, sino que existe, tras un período de rápido crecimiento, una inflexión que exhibe un tope temporal del crecimiento como asíntota.

En sociología la curva logística representa la ley de Verhulst (1838), que describe el crecimiento de poblaciones humanas con recursos limitados.

En la materia del crecimiento como en tantas otras, la teoría económica dominante, como disciplina hipotético – deductiva, se ha distanciado infundadamente de otras disciplinas científicas de base factual y verificación empírica.

La teoría del crecimiento económico desarrollada desde los años 40 hasta el presente, tanto con orientación keynesiana, como los modelos Harrod-Domar, como de orientación neoclásica, partiendo del modelo de Solow e incluyendo a la “nueva teoría del crecimiento”, asume el supuesto teórico de que es posible un crecimiento infinito.

No era esta la intuición de los economistas clásicos del S. XIX, como la idea de David Ricardo sobre la tendencia del sistema capitalista hacia el estado estacionario final, o la reinterpretación de Marx sobre la tendencia decreciente de la tasa de beneficio; y qué decir sobre las pesimistas previsiones de Malthus.

La única explicación razonable sobre porqué la teoría del crecimiento económico asume el supuesto de un crecimiento infinito es que las unidades “reales” con las que operan los modelos macroeconómicos no son unidades físicas sino unidades monetarias. Pero ambiguamente se dice que son variables “reales”, dando a entender que se habla de “cantidades” cuando, en rigor, se trabaja con unidades monetarias deflactadas con un número índice. Aun así, la teoría del crecimiento económico supone que es posible un crecimiento sin límites del producto bruto “real” medido a “precios constantes”, lo que implica un crecimiento ilimitado de cantidades físicas.

La ley de Verhulst explica en biología el crecimiento poblacional, pero muchos modelos de crecimiento económico suponen que la población es constante. Quizás este supuesto muy poco realista intente eludir formalmente la restricción del crecimiento poblacional, verificada en todas las especies vivas, de modo que el “crecimiento” se limite a la producción de bienes y servicios.

Pero debe tenerse presente que en el caso de la especie humana esta ley no se limita al crecimiento poblacional debido a que los humanos incrementamos el consumo per capita durante el crecimiento económico. Cuando el consumo per capita es constante, como en el comportamiento natural de los animales (distorsionado en las mascotas a las que los humanos imponen sus hábitos consumistas), la restricción del ecosistema del espacio vital limita el número de individuos de la población.

Pero esta restricción no deja de operar cuando hay crecimiento de la producción y el consumo con población constante. Los recursos naturales son un ente vivo llamado biosfera y los límites de crecimiento de la especie humana significan que se topa con los límites de sostenibilidad de la biosfera, sin que la cantidad de individuos de la población sea la única variable determinante.

La introducción de las realidades físico – química y biológica, científicamente conocidas, en el estudio del proceso económico de producción – distribución – consumo tiene sentido en términos de las restricciones de materiales y de energía para las técnicas de producción así como en términos de las restricciones inherentes a la supervivencia de Homo Sapiens. En un sentido teórico ponen en evidencia la imposibilidad física de un crecimiento sin límites en un tiempo infinito. En un sentido práctico, evidencia las restricciones infranqueables para un desarrollo sostenible.

La teoría del crecimiento económico en el largo plazo histórico debe concebirse dentro de las restricciones impuestas al crecimiento de todas las poblaciones vivas.

El nivel del límite asintótico inevitable para el crecimiento del Sistema Político – Económico depende de los consumos per capita de energía y materiales; de su derroche, depredación y reciclaje, lo cual depende de las técnicas de producción y de los estilos de vida.

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