El mercado de futuros del agua en California: un ejemplo más de la peligrosa financiarización del ciclo del agua.

21 diciembre, 2020
agua aigua California

En diciembre de 2020 saltó la noticia que en California se había puesto en marcha un mercado de futuros del agua, pensado inicialmente para los agricultores, y modulado por el Nasdaq Veles California Water Index (NQH2O), un índice, creado en 2008 mide el precio al contado (spot Price) de venta del agua en la zona. En estos mercados de futuros, como ya pasa en la energía o en otras materias primas, se “compra” la garantía de disponer del recurso en un momento concreto en el futuro y no se compra el “recurso” físico en cuestión para uso inmediato en el momento de la transacción. Lo que hace el comprador, que en este caso concreto se supone que principalmente deberían ser agricultores californianos que son grandes usuarios del recurso hídrico en California, es adquirir derechos sobre el recurso agua para su uso futuro (ejemplo, para el próximo verano).

Sin bien desde un punto de vista de teoría económica ortodoxa, este tipo de mecanismos llevarían a una mejor utilización de los recursos y a cubrir de futuros riesgos de sequía a los agricultores u otros usuarios que participen en este mercado, a la práctica puede llevar a una pura especulación de títulos de agua y profundizar las lógicas de extracción de beneficio privado de un bien esencial que es precio-inelástico para los consumos más esenciales. A través del ejemplo del caso de California, es importante reflexionar dónde queda el derecho humano al agua o la noción de agua como bien común, así como las necesidades de caudales ambientales en los ecosistemas fluviales, si estas lógicas de mercado se llevan al extremo. Cabe por ver cómo actuarán los municipios californianos y los proveedores urbanos de agua en estos mercados: ¿los van a utilizar? ¿y si es así, qué impactos va a tener para la ciudadanía? Por otro lado, se tendrá que analizar qué impacto pueden tener estos mercados de futuros en la demanda final de agua, si se intensificará la presión sobre los ecosistemas acuáticos o se incrementará el uso de fuentes alternativas como la desalación, con presencia notable en California. Será también interesante ver cómo se traducen estos mecanismos en la producción agrícola en California y cómo reaccionan los distintos agentes económicos así cómo en los precios de venta de los productos. En último lugar, y lo más importante, se tendrá que analizar si estos mecanismos llevan a un uso más racional del agua sin aumentar las desigualdades en el acceso al recurso, o si por el contrario no llevan a consumos más racionales y sí a una distribución o uso más desigual. 

El valor del agua

Dada la tendencia de intensificación de la financiarización de nuestras economías, y la existencia de un sustrato de mercados de agua, en muchos casos de carácter local o informal, en distintas geografías (como en España) no sería descartable en un contexto de más variabilidad en la disponibilidad de recursos hídricos ligado a la emergencia climática que estamos viviendo. Sin embargo, el contexto social y político, y la sensibilidad con la cuestión del agua como derecho humano y bien común, muy presente en Europa probablemente dificultaría su implementación. Al mismo tiempo, el agua es un recurso que normalmente que se consume en cuanto a cuenca hidrológica, y las realidades biofísicas del recurso, los costes de transacción, y de los diferentes marcos legislativos nacionales seguramente también serían un freno a tales procesos de financiarización. 

Si los procesos de privatización dominaron las discusiones sobre la gobernanza del agua a finales del siglo XX y principios del XXI, la «financiarización» del sector hídrico, o en otras palabras la aparición de nuevos actores, lógicas e instrumentos financieros en la gestión del agua ha añadido una nueva capa de complejidad al ciclo del agua. La financiarización del sector del agua va en paralelo a los procesos de financiarización del medio ambiente en general o de las otras esferas de reproducción social. Se puede argumentar que la financiarización del ciclo del agua representa un proceso de mutación e intensificación de las lógicas de acumulación y reproducción del capital privado en la provisión de un recurso esencial. Hay un peligro real de que estas lógicas financieras, que pueden ser altamente especulativas, a su vez que ilegibles por una buena parte de la población, estén desligadas de las lógicas biofísicas de los distintos recursos y sobre todo de las necesidades básicas reales de la ciudadanía y de la preservación ambiental.

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Autor / Autora
Profesor del Máster Universitario de Ciudad y Urbanismo. Doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Investigador en el Internet Interdisciplinary Institute (IN3), Universitat Oberta de Catalunya. Ha sido investigador posdoctoral en el INRA / Géosciences Environment Toulouse y en la Universitat Oberta de Catalunya.
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