Nuevas fuentes de financiación para las empresas

EMPRESA – Artículo publicado a 4 de Octubre de 2017.

Uno de los errores más frecuentes de todo empresario (ya sea un joven emprendedor como un experimentado empresario) es considerar que todas las fuentes de financiación pueden ser adecuadas para cualquier tipo de proyecto. Pero esto no es así. Los intervinientes en el mercado (bancos, mercados de valores…) están destinados a un momento y situación concreta de las empresas.

En nuestro entorno inmediato, las entidades financieras han sido las financiadoras habituales de las empresas. Pero la aparición del sector conocido como Fintech, ha venido a modificar esta situación. Un amplio abanico de nuevos actores ha entrado en el mercado de la financiación empresarial. Y han aparecido con productos completamente nuevos o repensando completamente los que existían hasta ahora.

¿Pero a qué nos referimos cuando hablamos de Fintech? El concepto nace como fruto de la combinación de la tecnología y las finanzas, con el fin de aportar nuevas soluciones al consumidor financiero. No tan solo en el ámbito de la financiación sino como una alternativa a todos los servicios que hasta ahora habían estado prestando los bancos. Y basando su ventaja competitiva en el uso casi exclusivo de la tecnología para la mejora o transformación de ese tipo de servicios.

En la actualidad, este sector está recibiendo una gran atención mediática a la par que importantes sumas de dinero en inversión. Aunque las cifras varían según cómo se realice el cálculo, el importe aproximado que habían recibido de forma global se acercaba a los 50 millardos de dólares hasta 2015.

Las empresas del sector Fintech nacen en el momento que identifican en un nicho de mercado concreto la posibilidad de mejorar el servicio al cliente. Su objetivo es poderle ofrecer una experiencia más personalizada. Su rapidez en la creación de un producto o la prestación de un servicio, así como su agilidad para adaptarse a los cambios del entorno, le facilitan la consecución de la satisfacción de los clientes.

A pesar de que cada una de estas empresas tiene sus particularidades, comparten una serie de características comunes.

• Son negocios basados casi exclusivamente en el ámbito digital y por tanto con una estructura muy ligera.
• Orientados completamente al cliente. Han nacido solo en el momento que se han convencido que podían mejorar la atención a éste.
• Experiencia de compra amigable. Las interfaces con las que se relaciona el cliente son fáciles de usar y de visión agradable. La idea está basada en el conocido como plug and play: alta muy fácil e inicio de la operativa casi de forma inmediata.
• La tecnología es su principio rector. En todo aquello que se pueda utilizar un proceso automatizado no habrá intervención humana.
• Su trato directo y la juventud de la mayoría de su plantilla les ha conectado directamente con la generación conocida como Millennial. Esos jóvenes que en la actualidad están empezando a realizar sus primeras operaciones financieras.
•  La relación con los clientes se basa en la transparencia. La claridad que impera en la comunicación con sus consumidores tiene por finalidad diferenciarse de las entidades financieras.

La irrupción de estas empresas en el mercado ya es hoy en día una realidad. Las entidades financieras son conscientes de ello y se están preparando. Aunque en el pasado ya han tenido importantes competidores en su negocio, en este caso los cambios parece que se van a realizar de una forma mucho más rápida y profunda. Bien es cierto que no existe consenso en el impacto que estas empresas van a llegar a tener. Y existen tanto posiciones que consideran que van a cambiar completamente el sector como otras que consideran que simplemente ayudarán a la evolución del sector financiero.