Trabajar…de lo que sea

13 enero, 2020
buscar trabajo

El desajuste educativo crece en épocas de recuperación. Aunque el futuro es incierto, lo que es indudable es que la crisis que vivimos durante la primera década de siglo se ha superado y estamos en una época que, aunque a ritmos moderados, parece que vamos creciendo.

El mercado laboral es uno de los valores que lo demuestra. Desde los primeros años del siglo XX hasta 2012 el paro fue creciendo de manera constante y a partir del 2013 reduce, mostrando así cierta reactivación de la economía.

Fuente: INE

Si nos fijamos en el aumento de los parados desde 2005 a 2012 vemos que se debe a un doble efecto: aumento de Activos (es decir personas en edad de trabajar) y el descenso de los Ocupados (personas que realmente trabajan). Es un desequilibrio en el que aumenta la oferta laboral y además baja la demanda (se reducen los puestos de trabajo por cierres de empresa, disminución de plantilla, etc.)

En los siguientes 7 años el número de activos no crece, hasta reduce levemente, pero hay dos millones de personas que se reincorporan al mercado laboral.

Pero, ¿cómo ha sido esta reincorporación al mercado laboral durante la recuperación? La respuesta es que ha generado un cierto desajuste. Vamos a las causas.

¿Cuáles son las causas del desajuste?

Por un lado, ha habido un interés creciente en la formación de los trabajadores. El sistema económico y social actual favorece al trabajador cualificado versus al manual y por lo tanto, incentiva al trabajador a formarse. Esta reacción todavía se acentúa más entre los parados, que ven que la única manera de encontrar de nuevo trabajo es a través de la formación.

Por otro lado, la reestructuración formativa no ha ido acompañada de una restructuración en la misma magnitud de la economía española, que se ha recuperado pero manteniendo ciertos vicios del pasado.

Un factor más, no solo propio de nuestro país si no general, es que al haber tanta oferta laboral los empleadores tienen más posibilidad de elegir, y por lo tanto, tienden a contratar trabajadores cualificados o altamente cualificados aunque no los necesiten. La formación se convierte a su vez en el medidor para discriminar entre un candidato u otro, y por lo tanto los propios parados buscan esos títulos que les sirven para demostrar su valía, independientemente de si les serán útiles en su vida laboral.

Todo ello lleva a lo que se le llama desajuste educativo. El desajuste puede ser tanto vertical como horizontal. Entendemos por desajuste vertical cuando la educación de un individuo es menor o superior al nivel de educación requerido por su trabajo actual. Por otro lado, se refieren al desajuste de habilidades u horizontal cuando el tipo de habilidades formativas de un individuo son diferentes a las habilidades requeridas para el trabajo.

Un trabajo acorde a nuestra formación, ¿es posible?

La Agencia de Qualitat Universitaria (AQU) realiza una encuesta entre los graduados del sistema universitario catalán 3 años después de haberse graduado.

Si nos fijamos en la última columna vemos que el nivel de graduados va creciendo desde los 9.400 de 2001 hasta los 15.400 del 2017. Si miramos las tres columnas del medio, en la de la izquierda son los que consideran que su puesto de trabajo está acorde a su formación. En este caso el valor máximo de coincidencia -en cuanto a porcentaje- es en 2008 con un 67%, por lo tanto, en plena crisis es cuando había más ajuste.  

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Fuente: AQU

A partir de entonces, va entrando gente al mercado laboral (el número de graduados con trabajo aumenta en más de 3000), pero lo hace sobre todo en las columnas de en medio y derecha. El porcentaje de personas que consideran que para su trabajo simplemente debían ser graduados (aunque no coincidiera el grado con las necesidades del trabajo) sube entre un 2 y un 3%, en concreto alrededor de 1000 personas cada año (desajuste horizontal). Y el porcentaje de los que declaran que ni tan siquiera necesitaban el grado crece de un 18% en 2008 a un 24% en 2017 (desajuste vertical).

Entrando en detalle, sabemos que algunos de los Grados más perjudicados son estudios de Filosofía e Historia, Arte y diseño o Lenguas. Son Grados donde la probabilidad de estar desajustado es mayor que en otros como serían los relacionados con las Tecnologías Industriales o especialmente la Medicina.

También algunos trabajos como el comercio al detalle (los dependientes) o los relacionados con el mundo de la restauración (por ejemplo, camareros), acostumbran a sufrir de una mayor probabilidad de estar desajustados. Son sectores en los que se trabaja durante un periodo hasta encontrar el trabajo que más se ajusta a su formación. Aquellos trabajos más científicos, o que requieren un nivel tecnológico alto, demuestran un mayor ajuste entre formación y habilidades requeridas.

Podemos concluir, pues, que la formación es importante para encontrar trabajo pero no nos asegura poder trabajar en aquello que nos gusta o para lo que nos hemos formado, especialmente en una época de recuperación económica como la que estamos viviendo.

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Autor / Autora
Es profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Doctor en Economía por la UOC:
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