La vida sin Neymar

30 agosto, 2018

ECONOMIA – Artículo publicado a 30 de Agosto de 2018.


¿Qué sería de la Sociedad actual sin fútbol? Y sobre todo, ¿qué sería de la economía? Hace apenas un año se rumoreaba con que el Paris Saint Germain pagaría la cláusula de rescisión de Neymar para “robárselo” al Barça. La primera reacción de muchos, empezando por el propio Barça cuando firmó la renovación con el jugador la temporada anterior, es que la cláusula era impagable, desorbitada y que nadie sería capaz de llegar a ella.


No sólo fue así sino que luego se pagaron 80 millones por Morata y casi 150 por un chaval de 19 años llamado Dembélé y que un año antes había costado 15 millones. ¿El fútbol se había vuelto loco? Algo hace pensar que un poco sí, y es que los protagonistas de la temporada pasada se han moderado y el saldo de compras y ventas del FCBarcelona, por ejemplo, es positivo. Pero el mercado no se ha frenado y a la espera de sorpresas, los locos este año son los ingleses, que han pagado, por ejemplo, 80 millones por el portero Kepa (quizás en el futuro será el número uno pero de momento, lo que ha sido es el suplente del probablemente peor portero del Mundial, De Gea).

Sin pretender hacer un estudio científico queremos estirar la cuerda para poder ver de dónde salen todos esos millones, o lo que es lo mismo, el coste de oportunidad del fútbol, cuántos recursos se destinan a este deporte, para terminar con una reflexión: ¿qué sería de la economía sin el fútbol?

Uno de los precursores de “romper” el mercado fue Florentino Pérez, quien entendió el fútbol como un business, y no sólo porque el palco del Madrid era el lugar de reuniones de la flor y nata de la capital sino porque fue el primero, o de los primeros, que vio que tan importante era ganar partidos como vender camisetas o derechos de televisión. Así fue como justificó los fichajes de Beckham o Ronaldo. En aquella época el porcentaje de ingresos por parte de las cuotas de los socios de un club como el Barça o el Madrid era muy superior al actual, de hecho en el presupuesto 2017/18 ha sido solo del 1% (18 millones). Concretamente los ingresos del Barça de la pasada temporada se dividen en 186 millones por derechos televisivos; 195 por tiqueting, ingresos del Museo y otros relacionados con el Estadio; 300 de Marketing (especialmente NIKE y Rakuten) y 198 por traspasos (muy afectados por la venta de Neymar). Según el informe Football Money League elaborado por Deloitte en la temporada 2015 los ingresos comerciales del Real Madrid eran de casi 250 millones de Euros y los ingresos televisivos 200 más, siendo, según el Expansion, el Club con más ingresos del mundo del Futbol.

En Alemania el dominador a nivel económico es el Bayern de Munich, club que tiene una parte importante de su accionariado en manos de tres grandes marcas: Adidas, Allianz y Audi, pero además ha conseguido aumentar hasta los 100 millones al año con lo que se llama MatchDay y que son los ingresos del Club los días de partido, y no precisamente con unas entradas desorbitadas sino con la venta de productos como comida o bebida. Por otra parte en la liga inglesa, dominan las grandes fortunas privadas, como en su día Abramovich en el Chelsea o más recientemente Mansour bin Zayed en el Manchester City. Una fórmula parecida es la ya citada de Nasser Al-Khelaïfi con el PSG, el dinamitador del mercado la pasada temporada.

Volviendo al Barça, también popular fue la defensa del Círculo Virtuoso por parte de la Junta de Laporta y especialmente de Alfons Godall, según la cual argumentaba que los buenos resultados deportivos se traducirían en mejorar la imagen y la proyección del Club y que supondría más ingresos que se revertirían en la mejora del equipo para que siguiera ganando. La clave de ese círculo creciente se personalizó en el caro fichaje de Ronaldinho, un jugador que generaba mucho más que buen juego.

Los problemas que están teniendo muchos de los citados equipos con el tope salarial (la mayoría de ellos tienen una masa salarial que supone alrededor del 70% del total del presupuesto) demuestra que son los propios jugadores los que más se han beneficiado de esta locura de cifras. Si es o no ético que los jugadores cobren estas cantidades ya forma parte de otro debate, unos argumentan que al final son los que generan el espectáculo, pero las elevadas cifras son injustificables para otros por muchos ingresos que generen. Lo cierto es que si vemos lo que hasta aquí se ha explicado, el dinero sale siempre de decisiones personales, tanto por parte de grandes riquezas (los llamados Petrodolares entre otros) como por la suma cada vez más amplia de pequeños consumidores, millones y millones de personas corrientes a los cuales los Clubes y las Federaciones intentan acceder (de ahí la búsqueda de nuevos mercados).

Por muy amante que sea uno del fútbol, y por mucho que sea comprensible que se le pague lo que sea a Messi si es lo que él mismo genera, no deja de producirme cierta tristeza el pensar el coste de oportunidad de todo ello, o qué pasaría si en vez de mostrar tanto interés por el fútbol lo mostráramos por otro tipo de cultura, por la cura de ciertas enfermedades o por el déficit alimenticio en otras partes del mundo. ¿Podríamos dirigir todos o gran parte de los ingresos citados hacia esos temas? No estaría mal la vida sin Neymar y compañía…

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Autor / Autora
Es profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Doctor en Economía por la UOC:
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